Nadie sabe lo que está por venir: de aquí a mañana muchas horas hay, y en una, y aun en un momento, se cae la casa; yo he visto llover y hacer sol, todo a un mesmo punto; tal se acuesta sano la noche, que no se puede mover otro día. Y díganme: ¿por ventura habrá quien se alabe que tiene echado un clavo a la rodaja de la fortuna?

Miguel de Cervantes
Don Quijote de la Mancha
Libro II, Capítulo XIX

Los factores de riesgo son aquellas debilidades de la biología, la conducta o el alma que solo tienen los demás hasta que, un buen día, te arrea un ictus, un infarto de miocardio o tienes los primeros síntomas de una demencia o una neoplasia. La rueda de la fortuna de la salud gira a lo largo de la vida y se para cuando todo está perdido. De poco sirve una dieta hiposódica si se administra por sonda nasogástrica.

En 2019, La Organización Mundial de la Salud publicó unas directrices para la reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Para ello, establecieron las siguientes intervenciones y estrategias terapéuticas, cada una con su calidad de la evidencia y fuerza de la recomendación: actividad física regular, abandono del consumo de tabaco, intervenciones nutricionales, intervenciones relacionadas con el consumo nocivo de alcohol, intervenciones relacionadas con la capacidad cognitiva, actividad social, control de la obesidad y tratamiento de la hipertensión, diabetes, dislipidemia, depresión y pérdida de audición¹. Produce fascinación saber que Hipócrates de Cos (460 a.C. – 370 a.C.) adelantó veinticuatro siglos atrás los factores de riesgo más importantes por sus contrarios: Si pudiésemos dar a cada individuo la cantidad adecuada de nutrición y ejercicio, ni muy poco ni demasiado, habríamos encontrado el camino más seguro hacia la salud². Diríase que, en la práctica, poco hemos aprendido desde entonces.

Se ha calculado que los doce factores de riesgo implícitamente enumerados en el párrafo anterior, todos ellos modificables, supondrían hasta el 40% de los casos de demencia. En otras palabras, en una situación ideal podríamos retrasar o prevenir el 40% de las demencias interviniendo precozmente en dichos factores³. Pero ojo, esto tiene un alcance mucho mayor. En el mismo listado se encuentran la mayoría de los factores de riesgo de ictus isquémicos y hemorrágicos, de cardiopatía isquémica, de enfermedad vascular periférica y gran parte de los cánceres. En consecuencia, si toda la población evitase dichos factores se podría prevenir hasta el 90% de los ictus⁴, el 90% de los infartos de miocardio⁵ y un tercio de las muertes por cáncer⁶.

De todos los intentos de llevar la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad a la población general, creo que el mejor ha sido, con diferencia, el programa de TVE “Más vale prevenir”⁷. Escrito, dirigido y presentado por el periodista Ramón Sánchez Ocaña, y asesorado por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, se emitió desde 1979 hasta 1987 cada viernes a las 20 horas en la primera cadena, en día y horario de máxima audiencia. Su lema era: “un programa para procurar un mañana más sano”. Parte de su éxito fue coyuntural, pues la oferta televisiva se limitaba entonces a TVE y el mercado televisivo no se liberalizó en España hasta 1990, fecha en la que llegó Internet, todavía en sus albores. De ahí en adelante, la mayor parte de las iniciativas al respecto, pese a sus buenas intenciones, se han disuelto, efímeras y fútiles, en el vórtice de la oferta informativa, Internet y sus redes sociales.

Creo no ser el único que cada vez que lee o escucha Plan Nacional, Plan de Prevención, Lucha contra o Estrategia contra asume fatalmente que servirá para poco, máxime en un país con la sanidad transferida a las Comunidades Autónomas como es el nuestro. Mucho menos aún los Día Mundial/Internacional/Nacional de y el mariposeo de noticias, tuits, retuits y likes que conllevan tales efemérides. Redacto esto un 4 de marzo, Día Mundial de la Obesidad y Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible. Ayer fue el Día Mundial de los Defectos de Nacimiento, el Día Internacional de la Audición y el Día Mundial de la Vida Silvestre. Mañana es el Día del Topógrafo Europeo y la Geoinformación. Así es imposible. Tampoco parece que las sociedades científicas médicas hayan conseguido demasiados resultados salvo en lo relacionado con el consumo de tabaco, aspecto que seguramente guarda relación con el efecto disuasorio de sus incrementos de precio y el repudio social que se viene observando desde hace años. Hay que hacer algo pronto y con ambición.

Entrando en materia, la idea de llevar la promoción de la salud y la prevención de las principales enfermedades a colegios e institutos como asignatura integrada en el currículo escolar surgió a finales de 2020, colaborando con la ikastola Jaso de Pamplona en Ximur (arruga), su musical de 2021, cuyo protagonista, un payaso de circo, sufre la enfermedad de Alzheimer⁸. El alumnado del centro lleva montando espectáculos de teatro musical con supervisión del profesorado desde 2013. A partir de 2015, Jaso Musikala comenzó a crear musicales con temas de interés y proyección social. La elección del tema principal corre siempre a cargo de los estudiantes que conforman y luego desarrollan todas y cada una de las fases del proyecto, desde el guion hasta la puesta en escena.

Los proyectos de Jaso Musikala no terminan en sus representaciones, pues rompen la cuarta pared antes de cada función. Con el fin de que la experiencia sea más completa, en cada musical se ofrece un programa de aprendizaje en forma de unidades didácticas relacionadas con el tema principal de la obra en curso. Los contenidos se adaptan a cuatro franjas de edad escolar: 3.º de infantil más 1.º y 2.º de primaria; 3.º y 4.º de primaria; 5.º y 6.º de primaria; ESO y bachillerato. En Ximur, las unidades didácticas se entregaron 1 mes antes de la representación a los cerca de 20 colegios e ikastolas cuyos alumnos y familias fueron después a ver la obra. Estas unidades didácticas se construyeron en torno a la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, sus principales síntomas y cómo reconocerlos, cómo dirigirse a los pacientes, cómo respetarlos en todo momento, etc. Una de las actividades consistió en el visionado y discusión del videoclip Duintasuna (Dignidad), que contiene el mensaje principal del musical: la dignidad de los enfermos con demencia⁹. Además, se incluyó un bloque relacionado con los factores de riesgo de demencia y cómo prevenirlos.

Habida cuenta del escaso alcance de otras iniciativas para llevar la salud y la prevención de la enfermedad a la población de forma efectiva, no se nos ocurre mejor forma de conseguirlo que crear asignaturas escolares obligatorias específicas que inculquen en los niños y adolescentes la importancia de la salud propia y colectiva como primer paso para procurarles un mañana más sano. Es cierto que el actual currículo escolar contiene algunas competencias transversales relacionadas con la salud y los estilos de vida saludables, pero están dispersas en otras asignaturas y carecen del énfasis y el potencial de aprendizaje que supondría disponer de asignaturas específicas orientadas desde la Enfermería, la Medicina y las Ciencias de la Educación. El autocuidado, la conciencia sanitaria y el conocimiento de los hábitos saludables formarían el núcleo de una asignatura que podría impartirse en los primeros años de educación infantil, mientras que las principales enfermedades y cómo prevenirlas serían objeto de otra asignatura en la segunda mitad de la ESO.

Piénsese en todo lo que se conseguiría en una o dos generaciones trabajando cuanto antes en colegios e institutos con los factores de riesgo más importantes mencionados al comienzo de este editorial. Los retos demográficos y sanitarios que nos esperan exigen tomar medidas de este calado sin dilación, mantenidas en el tiempo y ajenas a cualquier tipo de ideología y color político. Lo comentado aquí no es la primera vez que se propone^10,11, pero hay que pasar de las ideas a los hechos, elevando esta propuesta a donde sea necesario y tantas veces como sea necesario hasta conseguirlo.