EDITORIAL

El arte de llamar a nuestras cosas, adhesión terapéutica y epilepsia
September 22, 2022

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En español, el término adherencia aplicado a la Medicina significa: “cada una de las bridas o superficies extensas de tejido conjuntivo que unen las vísceras entre sí o con las paredes del tronco, entorpecen la función de estas vísceras y producen dolores u otras molestias”1. La RAE también recoge la acepción “cualidad de adherente” (adhesivo; que adhiere o se adhiere) y la “pegadura de las cosas”, su unión física. Sin embargo, de un tiempo a esta parte hablamos de “adherencia” para referirnos al cumplimiento terapéutico, una traducción directa del falso amigo adherence que en inglés sí tiene la acepción de fidelidad, no así en nuestro idioma. Sus raíces latinas también son diferentes (adhaerentia en un caso, adhaesio en el otro) y una consulta a la RAE lo confirmó2.

La cantidad de términos médicos contaminados por la angloparla, como gustaba decir Fernando Lázaro Carreter, son legión3. Un ejemplo paradigmático es lacunar, que en español debe traducirse como lagunar. Sería igualmente correcto hablar de lacustre e incluso de lagunoso4, pero el “arte de llamar a nuestras cosas” en Medicina debe velar por encontrar la mejor traducción posible de los términos importados observando el principio básico de que si un idioma tiene un término que denota el mismo significado no debe adoptarse el préstamo.

De lo dicho en los párrafos previos se infiere que el esparadrapo y los parches que vehiculan fármacos se adhieren a los pacientes, e incluso estos a aquellos, pero que la observancia del régimen terapéutico prescrito es otra cosa. La OMS definió en 2003 la “adherencia” terapéutica como “el grado en que la conducta de un paciente, en relación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de hábitos de vida, se corresponde con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario5”. Estamos hablando del apego, la fidelidad, la observancia, el cumplimiento y la adhesión del paciente a los consejos de salud y el tratamiento prescrito por su facultativo.

La adhesión, término preferido, válido al ser correcto (adherir tiene una acepción que connota fidelidad) y que apenas se aleja de la expresión inglesa, es la clave del tratamiento en las enfermedades crónicas y su mayor problema. En los países desarrollados, las tasas de adhesión a los tratamientos en enfermedades crónicas se sitúan alrededor del 50%, cifra aún menor en los países en vías de desarrollo6. La OMS, en su informe de 2003, calificó la falta de adhesión terapéutica como un “problema mundial de gran magnitud”5. Se trata de un problema muy complejo en el que influyen muy diversos factores interrelacionados que atañen al paciente, a los fármacos u otras terapias indicadas, a la enfermedad, al profesional y al sistema sanitario en su conjunto.

En el ámbito neurológico, esta infidelidad terapéutica supone todo un reto, habida cuenta del sinnúmero de enfermedades que nos conciernen y el extenso catálogo de posibilidades farmacológicas de que disponemos. En este sentido, el grupo de enfermedades que mejor ejemplifica la importancia de una adecuada y persistente adhesión terapéutica es la epilepsia. La falta de adhesión a los fármacos antiepilépticos se relaciona con un peor control de las crisis, acontecimientos farmacológicos adversos, reingresos hospitalarios, estancias prolongadas, peor calidad de vida y mayores costes sanitarios y sociales, entre otras consecuencias.

Los datos en relación con la falta de adhesión terapéutica en pacientes con epilepsia son preocupantes. La prevalencia de este problema se mueve entre el 21% y el 95% según los estudios, poblaciones y los instrumentos de medida utilizados, con una tasa media del 50%, similar a otras enfermedades crónicas7, que puede llegar al 70% en los pacientes con comorbilidades psiquiátricas, tan frecuentes en epilepsia8. Una reciente revisión ha analizado pormenorizadamente esta cuestión, ordenando las posibles causas en las siguientes categorías: factores relacionados con el paciente, factores asociados con el tratamiento, factores derivados del sistema sanitario, factores sociales y económicos, factores relacionados con la enfermedad y otras circunstancias del paciente7.

Las razones más frecuentemente comunicadas de falta de adhesión terapéutica en epilepsia están relacionadas con la enfermedad, los fármacos (formulación, tomas, efectos secundarios) y el paciente (olvidos), un patrón similar a lo observado en otras enfermedades crónicas neurológicas y no neurológicas. Un factor frecuente es el número de fármacos y la complejidad de la terapia farmacológica. En este sentido, hay estudios que han informado que la monoterapia aumenta el riesgo de baja adhesión terapéutica, mientras que otros indican que la fidelidad con el plan prescrito es menor en la politerapia. Esto último, además de intuitivo, se corresponde con lo observado en otras enfermedades crónicas, donde a mayor número de fármacos y mayor complejidad del plan terapéutico menor es el grado de cumplimiento7.

La intuición y la experiencia nos dicen que es más factible que un paciente con epilepsia no abandone el tratamiento farmacológico si este es eficaz, se tolera bien y es cómodo de tomar, bien por su formulación, bien por su dosificación. Sin embargo, nada de esto garantiza la adhesión terapéutica del paciente si este no puede resolver sus dudas en tiempo y forma con su médico terapeuta u otros miembros del equipo asistencial. El apego del paciente al plan prescrito guarda relación directa con el tiempo que pasa hasta la próxima consulta, tantas veces inaceptable.

La adhesión terapéutica en Neurología es uno de nuestros mayores problemas y debe abordarse de forma decidida. Desde luego, dejarlo en manos de sistemas electrónicos que recuerden las tomas o monitoricen su cumplimiento no parece suficiente. De entre todas las estrategias para mejorar la adhesión terapéutica propuestas (educativas, conductuales, apoyo social y familiar, relacionadas con los fármacos y dirigidas a los proveedores de salud)6, nada como facilitar el acceso al mejor tratamiento en cada caso, conocimientos suficientes por parte del prescriptor, disponer de tiempo suficiente para informar adecuadamente al paciente y procurar su continuidad asistencial. El lado humano y directo de nuestra práctica clínica. El resto son parches.

Referencias
  1. Real Academia Española. En: https://dle.rae.es/adherencia. Con acceso el 16 de septiembre de 2022.
  2. López San Román A. ¿Adhesión al tratamiento, adherencia al tratamiento o cumplimiento del tratamiento? Rev Clin Esp. 2006;206(8):410-6.
  3. Navarro FA. La anglización del español: mucho más allá de bypass, piercing, test, airbag, container y spa. Actas del III Congreso “El Español, Lengua de Traducción”. Contacto y contagio; 2008: pp. 213-32. En: https://cvc.cervantes.es/lengua/esletra/pdf/03/017_navarro.pdf. Con acceso el 19 de septiembre de 2022.
  4. Carnero Pardo C. Las lagunas del término "lacunar". 2007;7:157-8. En: http://previos.kranion.es/images/2007_07_03_157-158.pdf. Con acceso el 16 de septiembre de 2022.
  5. World Health Organization. Adherence to long-term therapies: evidence for action. World Health Organization, 2003. En: https://apps.who.int/iris/handle/10665/42682. Con acceso el 19 de septiembre de 2022.
  6. Dilla T, Valladares A, Lizán L, Sacristán JA. Adherencia y persistencia terapéutica: causas, consecuencias y estrategias de mejora. Aten Primaria. 2009;41(6):342-8.
  7. Mendorf S, Prell T, Schönenberg A. Detecting Reasons for Nonadherence to Medication in Adults with Epilepsy: A Review of Self-Report Measures and Key Predictors. J Clin Med. 2022;11(15):4308.
  8. Pisani F, Rosa Pisani L, Barbieri MA, de Leon J, Spina E. Optimization of therapy in patients with epilepsy and psychiatric comorbidities: key points. Curr Neuropharmacol. 2022 May 26. Epub ahead of print.

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